lunes, 13 de marzo de 2023
REVISADO POR
Dra. Andrada Costache
El Dr. Costache es radiólogo con más de 10 años de experiencia. Se especializa en radiología torácica.
Las mamografías son un tipo de radiografía se usa para detectar y diagnosticar el cáncer de mama. Consisten en comprimir el tejido mamario entre dos placas y tomar una fotografía para producir una imagen de la mama. Las mamografías pueden detectar cambios en el tejido mamario, como bultos, calcificaciones u otras anormalidades, que pueden indicar la presencia de cáncer u otras afecciones.
Además del cáncer de piel, el cáncer de mama es el cáncer más común que afecta a las personas a las que se les asigna el sexo femenino al nacer y representa el 14% de todos los diagnósticos nuevos de cáncer en los Estados Unidos. Si bien las terapias para el tratamiento del cáncer de mama siguen mejorando y han contribuido a reducir las muertes relacionadas con el cáncer, el diagnóstico precoz mediante mamografías de detección tiene un mayor impacto general en las tasas de supervivencia.
La mayoría de los hallazgos en las mamografías son benignos o no cancerosos. De hecho, menos de 1 de cada 10 personas que necesitan pruebas adicionales después de una mamografía tiene cáncer. [1].
Las mamografías se recomiendan para mujeres mayores de 40 años o para aquellas con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama debido a antecedentes familiares u otros factores. Las mamografías periódicas pueden ayudar a detectar el cáncer de mama en forma temprana, cuando es más tratable. Sin embargo, las mamografías no son infalibles y pueden pasar por alto algunos tipos de cáncer de mama o dar falsos positivos, por lo que es posible que se necesiten pruebas adicionales si una mamografía detecta una anomalía.
Las mamografías son importantes para la salud de las mujeres porque pueden detectar el cáncer de mama en forma temprana, cuando es más tratable. El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más frecuentes en las mujeres, y la detección temprana puede marcar una gran diferencia en el resultado del tratamiento.
Las mamografías periódicas pueden ayudar a detectar el cáncer de mama antes de que cause síntomas, como un bulto o un cambio en la apariencia de la mama. La detección temprana puede aumentar la probabilidad de éxito del tratamiento y también puede ayudar a las mujeres a evitar tratamientos más extensos, como la quimioterapia o la mastectomía.
Las mamografías también son importantes porque pueden detectar otras afecciones mamarias, como quistes o calcificaciones, que pueden no ser cancerosas, pero que aun así requieren control o tratamiento.
En general, las mamografías son una herramienta importante para la salud de las mujeres, y las mujeres deben hablar con sus proveedores de atención médica sobre cuándo y con qué frecuencia deben hacerse una mamografía según su edad, factores de riesgo e historial médico personal.
Con nuestro visor DICOM integrado, puede ver fácilmente sus mamografías en cualquier lugar en línea (en la web o en una aplicación móvil). Sus archivos DICOM se almacenan en su espacio de trabajo de Medicai, en un PACS en la nube de Medicai.
El Colegio Estadounidense de Radiología (ACR) y la Sociedad de Imágenes Mamarias (SBI) recomiendan que las mujeres se hagan mamografías anuales a partir de los 40 años. La sección de diagnóstico por imágenes mamarias de la Universidad Johns Hopkins de Radiología y Radiología apoya la recomendación del ACR y del SBI y alienta a las mujeres a hablar con su médico sobre sus opciones de detección individuales. [2].
La Sociedad Estadounidense del Cáncer recomienda que las mujeres con un riesgo promedio de cáncer de mama comiencen a hacerse mamografías anuales a los 45 años y luego cambien a mamografías cada dos años a los 55 años, o que continúen con las pruebas de detección anuales según los factores de riesgo y las preferencias individuales.
Es posible que las mujeres que corren un mayor riesgo de padecer cáncer de mama, como las que tienen antecedentes familiares de la enfermedad o las que tienen una mutación genética como el BRCA, deban comenzar a hacerse mamografías a una edad más temprana o hacerse pruebas de detección más frecuentes. En estos casos, el proveedor de atención médica puede recomendar pruebas de detección adicionales, como una resonancia magnética o una ecografía de las mamas, además de las mamografías.
Es importante que las mujeres hablen con sus proveedores de atención médica sobre cuándo deben empezar a hacerse mamografías y con qué frecuencia deben hacerse las pruebas de detección, ya que las recomendaciones pueden variar según los factores de riesgo individuales y los antecedentes de salud personales. Las mujeres también deben estar al tanto de cualquier cambio en sus mamas e informar a su proveedor de atención médica sobre cualquier inquietud que tengan, incluso si aún no van a hacerse la próxima mamografía.
Una mamografía puede detectar varias afecciones mamarias, entre ellas:
Es importante tener en cuenta que una mamografía no es 100% precisa y es posible que no detecte algunos tipos de cáncer u otras anomalías, especialmente en mujeres con tejido mamario denso. Las mujeres deben hablar con su proveedor de atención médica sobre sus factores de riesgo individuales y sobre cuándo empezar a hacerse mamografías.
Por lo general, una mamografía dura entre 20 y 30 minutos, aunque el tiempo real puede variar según el centro y el tamaño y la anatomía de los senos de cada mujer. La mamografía en sí misma solo tarda unos segundos por imagen, pero es posible que haya algún tiempo de espera entre las imágenes o si se necesitan imágenes adicionales.
Durante la mamografía, se le pedirá a la mujer que se desvista de la cintura para arriba y que se ponga una bata. Luego, el tecnólogo colocará la mama sobre una plataforma especial y la comprimirá entre dos placas para extender el tejido y obtener una imagen nítida. La compresión puede resultar incómoda o incluso dolorosa para algunas mujeres, pero es necesaria para obtener una imagen de alta calidad.
Una vez finalizada la mamografía, el tecnólogo revisará la imágenes médicas para garantizar que sean de calidad suficiente y, si es necesario, puede pedir a la mujer que espere un momento mientras se toman imágenes adicionales.
En general, si bien una mamografía puede no ser la experiencia más cómoda, es una prueba de detección relativamente rápida e importante que puede detectar el cáncer de mama en forma temprana y salvar vidas.
La frecuencia de las mamografías depende de la edad, los antecedentes médicos personales y familiares de la persona y otros factores de riesgo. La Sociedad Estadounidense del Cáncer recomienda las siguientes pautas generales para las mamografías:
Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas mujeres pueden necesitar comenzar a hacerse mamografías antes o pueden necesitar hacerse pruebas de detección más frecuentes si tienen ciertos factores de riesgo, como antecedentes familiares de cáncer de mama o una mutación genética. Las mujeres deben hablar sobre sus factores de riesgo individuales con su proveedor de atención médica para determinar cuándo empezar a hacerse mamografías y con qué frecuencia.
Además, es importante que las mujeres estén al tanto de cualquier cambio en sus senos y que informen cualquier inquietud a su proveedor de atención médica, incluso si aún no van a hacerse la próxima mamografía.
Para prepararse para una mamografía, estas son algunas pautas generales que las mujeres pueden seguir:
Es importante tener en cuenta que cada centro puede tener instrucciones específicas para prepararse para una mamografía, por lo que las mujeres deben seguir las instrucciones proporcionadas por el centro donde se van a realizar la mamografía.
Esto es lo que puede esperar durante una mamografía:
Después de la mamografía, el imágenes médicas será revisado por un radiólogo, quien interpretará los resultados y los enviará al proveedor de atención médica de la mujer. Si se detecta alguna anomalía, el proveedor de atención médica puede recomendar pruebas o procedimientos adicionales, como una mamografía de diagnóstico, una ecografía o una biopsia, para determinar si hay cáncer u otra afección mamaria.
Es importante que las mujeres hablen con sus proveedores de atención médica sobre sus factores de riesgo individuales y sobre cuándo empezar a hacerse mamografías. La detección temprana es clave para el éxito del tratamiento del cáncer de mama, por lo que las mamografías periódicas son una parte importante de la salud de las mujeres.
Para garantizar los mejores resultados posibles de la mamografía, es importante seguir algunas pautas y evitar ciertas actividades antes del examen. Estas son algunas cosas que debes evitar antes de una mamografía:
Es importante seguir las instrucciones específicas proporcionadas por el centro de mamografía con respecto a la preparación para la mamografía. Si tienen alguna duda o pregunta, las mujeres deben hablar con su proveedor de atención médica o con el personal del centro de mamografía.
1. Es normal que se sienta nerviosa por hacerse una mamografía, pero aun así debe hacerse.
2. Lleve consigo su historial médico para recibir la mejor atención.
3. ¡Ve! al natural el día de la prueba.
4. Forme un equipo con su tecnólogo.
5. Con las mamografías de detección anuales, no dejes que las preocupaciones sobre la radiación te disuadan. [3].
El tiempo que lleva obtener los resultados de la mamografía puede variar según el centro y el tipo de mamografía realizada. En general, la mayoría de las mujeres pueden esperar recibir los resultados en un plazo de 1 a 2 semanas. Si se necesitan pruebas, es posible que los resultados tarden más en recibirse. En algunos casos, el proveedor de atención médica puede proporcionar los resultados durante una cita de seguimiento, mientras que en otros casos, los resultados pueden enviarse por correo o por teléfono. Los resultados también se pueden cargar en un PACS en la nube donde se pueden analizar mediante un servicio en línea Visor DICOM.
Es importante tener en cuenta que si hay alguna duda sobre los resultados de la mamografía, es probable que el proveedor de atención médica recomiende pruebas o procedimientos adicionales, como una mamografía de diagnóstico, una ecografía o una biopsia, para determinar si hay cáncer u otra afección mamaria. Las mujeres deben hacer un seguimiento con su proveedor de atención médica si no han recibido los resultados dentro del plazo previsto o si tienen alguna duda acerca de los resultados.
Las mamografías se pueden obtener en varios centros de salud, entre ellos:
Las mujeres pueden consultar con su proveedor de atención médica o compañía de seguros para encontrar un centro de mamografía en su área que esté cubierto por su seguro. Muchos centros requieren una cita para hacerse una mamografía, por lo que es importante llamar con anticipación para programar la hora que mejor se adapte al cronograma de la persona.
El costo de una mamografía sin seguro puede variar según el centro y el tipo de mamografía realizada. Según el Instituto Nacional del Cáncer, el costo promedio de una mamografía sin seguro oscila entre 100 y 250 dólares. Sin embargo, este costo puede ser mayor o menor según la ubicación y otros factores.
Es importante tener en cuenta que muchos centros de salud ofrecen asistencia financiera o planes de pago para las personas que no tienen seguro o no pueden pagar la mamografía. Algunas organizaciones también ofrecen mamografías gratuitas o de bajo costo a las personas que reúnen los requisitos. Las mujeres deben ponerse en contacto con sus centros de salud locales u organizaciones de salud mamaria para obtener información sobre los recursos disponibles y las opciones de asistencia financiera.
Las mamografías utilizan radiografías de dosis bajas para crear imágenes del tejido mamario. La cantidad de exposición a la radiación que produce una mamografía se considera muy baja, y los beneficios de las pruebas de detección temprana del cáncer de mama generalmente superan cualquier riesgo potencial asociado con la exposición a la radiación.
Debido a que la mamografía es una herramienta de detección, está altamente regulada por la Administración de Alimentos y Medicamentos, la Ley de Calidad y Estándares de las Mamografías y otras organizaciones gubernamentales, como el Colegio Estadounidense de Radiología. La mamografía es segura siempre y cuando el centro al que acudas esté certificado por las agencias reguladoras. [4].
Según el Colegio Estadounidense de Radiología, la dosis de radiación de una mamografía suele ser de alrededor de 0,4 milisieverts (mSv) por seno. Para ponerlo en perspectiva, la persona promedio en los Estados Unidos está expuesta a alrededor de 3 mSv de radiación cada año de fuentes naturales como la radiación cósmica y el gas radón. Además, la cantidad de exposición a la radiación provocada por una mamografía es muy inferior al límite máximo anual de dosis ocupacional de 50 mSv para los trabajadores que trabajan bajo radiación.
Las mujeres preocupadas por la exposición a la radiación de una mamografía deben hablar con su proveedor de atención médica sobre sus factores de riesgo individuales y los beneficios y riesgos de las mamografías. Además, las mujeres deben asegurarse de informar al técnico en mamografía si están embarazadas o piensan que pueden estarlo, ya que siempre que sea posible, se debe evitar la exposición a la radiación durante el embarazo.
El tiempo que lleva hacerse una mamografía puede variar según varios factores, como el centro, el tipo de mamografía realizada y el cronograma de la persona. En general, el procedimiento de mamografía propiamente dicho suele tardar entre 20 y 30 minutos en completarse. Sin embargo, el tiempo total que se pasa en el centro puede ser mayor si hay un tiempo de espera o si se necesitan pruebas de diagnóstico por imágenes o pruebas adicionales.
Además, algunos centros pueden requerir una cita para una mamografía, que se puede programar con anticipación y puede tener un tiempo de espera de unos días o semanas, según la disponibilidad. Algunos centros también ofrecen citas sin cita previa o para el mismo día, lo que puede tener un tiempo de espera más corto.
Las mujeres deben consultar con su proveedor de atención médica o con el centro de mamografía para obtener información sobre la programación y los tiempos de espera, así como sobre cualquier instrucción o preparación especial necesaria antes de la consulta. Es importante llegar a tiempo a la consulta y llevar ropa cómoda y holgada que sea fácil de quitar para el procedimiento.
Una mamografía tradicional crea imágenes radiográficas bidimensionales de la mama. Un tipo más nuevo de mamografía, que se llama mamografía 3D (tomosíntesis mamaria), crea imágenes tridimensionales de la mama (toma varias radiografías de la mama desde diferentes ángulos). Muchos centros médicos ofrecen la mamografía 3D además de la mamografía 2D tradicional para detectar el cáncer de mama. [5].
La principal diferencia entre una mamografía normal y una mamografía 3D es que la mamografía 3D proporciona una imagen más detallada del tejido mamario. Esto puede ser especialmente útil para detectar pequeñas anomalías en el tejido mamario, así como para reducir la cantidad de falsos positivos y de imágenes adicionales innecesarias.
En una mamografía 3D, a máquina se mueve en forma de arco alrededor de la mama y toma varias imágenes que luego se reconstruyen en una imagen 3D. Este procedimiento dura unos segundos más que una mamografía normal y expone a la paciente a un nivel de radiación un poco más alto. Sin embargo, el aumento de la exposición a la radiación se considera muy bajo y dentro de los límites seguros.
Algunos centros ofrecen mamografías regulares y mamografías tridimensionales, mientras que otros solo ofrecen un tipo de mamografía. Las mujeres deben hablar con su proveedor de atención médica sobre sus factores de riesgo individuales y los beneficios y riesgos de cada tipo de mamografía para determinar cuál es la mejor opción para ellas.
La experiencia de una mamografía puede variar para cada persona, pero muchas mujeres informan que sienten algo de presión o molestia durante el procedimiento. El técnico en mamografías colocará la mama entre dos placas, lo que comprimirá el tejido mamario para obtener imágenes radiográficas nítidas. La compresión puede resultar incómoda, pero solo dura unos segundos y es necesaria para obtener imágenes nítidas del tejido mamario.
Algunas mujeres pueden experimentar más molestias durante el procedimiento que otras, y ciertos factores, como el tamaño y la sensibilidad de los senos, también pueden afectar la experiencia. Sin embargo, es importante recordar que las molestias suelen ser breves y que los beneficios de la mamografía para detectar el cáncer de mama en forma temprana superan con creces las molestias temporales.
Se puede recomendar una ecografía después de una mamografía si se encuentran áreas preocupantes o anormalidades en el tejido mamario que requieren una evaluación adicional. La ecografía utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para crear imágenes del tejido mamario, que pueden ayudar a identificar cualquier bulto o anomalía que tal vez no sea visible en una mamografía.
También se puede recomendar una ecografía para mujeres con tejido mamario denso, ya que el tejido denso puede dificultar la detección de anomalías en una mamografía. Una ecografía puede ayudar a proporcionar información adicional sobre el tejido mamario y a mejorar la precisión del diagnóstico.
Si se recomienda una ecografía después de una mamografía, es importante seguir la recomendación para garantizar que cualquier problema potencial se identifique y trate lo antes posible. Su proveedor de atención médica o el radiólogo pueden brindarle más información sobre los motivos de la ecografía y qué esperar durante el procedimiento.
Una mamografía anormal puede tener un aspecto diferente según el tipo de anomalía presente. Algunos tipos comunes de anormalidades que se pueden identificar en una mamografía son:
Si se identifica una anomalía en una mamografía, se pueden recomendar más pruebas, como una ecografía o una biopsia, para determinar si la anomalía es benigna o maligna. Es importante recordar que no todas las anomalías detectadas en una mamografía indican la presencia de cáncer de mama y, con frecuencia, es necesario realizar más pruebas para confirmar el diagnóstico.
Tanto la mamografía como la ecografía son pruebas de diagnóstico por imágenes importantes que se utilizan en la detección, el diagnóstico y la monitorización del cáncer de mama. Sin embargo, cada prueba tiene sus propias ventajas y limitaciones.
La mamografía se considera la principal herramienta de detección del cáncer de mama, ya que puede detectar pequeñas anomalías en el tejido mamario que tal vez no se noten durante un examen físico. Las mamografías pueden detectar calcificaciones, masas y otros cambios en el tejido mamario que pueden indicar la presencia de cáncer de mama. La mamografía también suele ser más precisa que la ecografía para detectar microcalcificaciones y masas pequeñas, y depende menos del operador.
La ecografía, por otro lado, se utiliza con frecuencia como un complemento de imágenes médicas para mamografías, especialmente en mujeres con tejido mamario denso o en aquellas que tienen un bulto o masa sospechoso en una mamografía. La ecografía puede ayudar a distinguir entre quistes llenos de líquido y masas sólidas, y también puede ayudar a guiar las biopsias para realizar más pruebas.
En última instancia, la elección de la prueba de diagnóstico por imágenes dependerá de factores individuales como la edad, la densidad mamaria, los antecedentes personales y familiares de cáncer de mama y cualquier síntoma o anomalía preocupante. Su proveedor de atención médica o su radiólogo pueden ayudarlo a determinar qué prueba de diagnóstico por imágenes es la mejor para usted en función de su situación individual.
Para programar una mamografía, puede seguir estos pasos:
La mamografía anual es una herramienta importante para la detección temprana y la detección temprana del cáncer de mama. El cáncer de mama es uno de los cánceres más comunes entre las mujeres, y la detección temprana es fundamental para el éxito del tratamiento y la mejora de los resultados. La mamografía puede detectar el cáncer de mama en una etapa temprana, antes de que tenga la oportunidad de crecer y diseminarse, lo que permite un tratamiento más temprano y mejores resultados.
La mamografía anual se recomienda para la mayoría de las mujeres a partir de los 40 años o antes para las que tienen un riesgo mayor. Al hacerse una mamografía todos los años, cualquier cambio en el tejido mamario puede detectarse y controlarse a lo largo del tiempo, lo que facilita la detección de cualquier problema potencial. Si se detecta una anomalía en una mamografía, se pueden iniciar más pruebas y tratamientos, que pueden incluir una ecografía, una resonancia magnética o una biopsia.
Si bien la mamografía no es perfecta y puede dar como resultado falsos positivos o falsos negativos, sigue siendo una herramienta importante en la detección del cáncer de mama. Al hacerse una mamografía anual, las mujeres pueden adoptar un enfoque proactivo con respecto a la salud de sus senos y aumentar sus probabilidades de detectar el cáncer de mama en una etapa temprana y más tratable.
Las mamografías de detección y las mamografías de diagnóstico son dos tipos diferentes de mamografías que tienen diferentes propósitos.
La mamografía de detección se usa para detectar cambios en las mamas que podrían ser cancerosos en personas que no presentan signos ni síntomas. El objetivo es detectar el cáncer cuando es pequeño y el tratamiento puede ser menos invasivo. Las mamografías de detección suelen consistir en tomar dos radiografías de cada seno, que luego un radiólogo las examina para detectar cualquier anomalía. Los expertos y las organizaciones médicas no se ponen de acuerdo sobre cuándo empezar a hacerse mamografías periódicas ni sobre la frecuencia con la que deben repetirse las pruebas. Es mejor hablar con el médico acerca de tus factores de riesgo, tus preferencias y los beneficios y los riesgos de las pruebas de detección. Juntos, pueden decidir qué programa de mamografías de detección es mejor para usted.
La mamografía de diagnóstico se usa para investigar cambios sospechosos en los senos, como un nuevo bulto en el seno, dolor en los senos, una apariencia inusual de la piel, el engrosamiento del pezón o la secreción del pezón. También se usa para evaluar los hallazgos inesperados de una mamografía de detección. Una mamografía de diagnóstico incluye imágenes mamográficas adicionales. Además, se pueden usar otras pruebas de diagnóstico, como la ecografía o la resonancia magnética, junto con la mamografía. [6]
En resumen, una mamografía de detección es un examen de rutina para mujeres sin síntomas de cáncer de mama, mientras que una mamografía de diagnóstico se usa para investigar una preocupación o síntoma específico relacionado con la mama. Si se detecta una anomalía durante una mamografía de detección, se puede recomendar una mamografía de diagnóstico para brindar información más detallada sobre el área de preocupación.
Tanto la mamografía digital como la mamografía 3D (también conocida como tomosíntesis) son herramientas eficaces para la detección del cáncer de mama, pero hay algunas diferencias a tener en cuenta.
La mamografía digital usa rayos X para crear imágenes bidimensionales de la mama, mientras que la mamografía 3D crea múltiples cortes finos de imágenes que se pueden ver como una imagen 3D. Esto puede proporcionar imágenes más detalladas y puede ser especialmente útil para las mujeres con tejido mamario denso.
Un amplio estudio publicado en el Journal of the American Medical Association en 2014 descubrió que la mamografía 3D detectaba cánceres de mama más invasivos y reducía la cantidad de falsos positivos en comparación con la mamografía digital sola. Sin embargo, la mamografía 3D también es más cara y es posible que el seguro no la cubra para todas las mujeres.
Es importante tener en cuenta que la mejor herramienta de detección del cáncer de mama puede variar según los factores de riesgo individuales y la densidad mamaria de la mujer. Las mujeres deben hablar con su proveedor de atención médica sobre sus opciones de detección y sobre qué opción puede ser la mejor para ellas.
Los avances en las imágenes médicas siguen mejorando la detección y el tratamiento del cáncer de mama, y el futuro es prometedor para tecnologías aún más avanzadas. Estos son algunos ejemplos:
Además de estas tecnologías avanzadas de diagnóstico por imágenes, también se están desarrollando nuevos tratamientos que utilizan imágenes para administrar una terapia dirigida directamente a las células cancerosas. Por ejemplo, las imágenes fotoacústicas se pueden usar para atacar las células cancerosas con un láser, mientras que las nanopartículas magnéticas se pueden usar para administrar la quimioterapia directamente al tumor.
En general, el futuro de la detección y el tratamiento del cáncer de mama parece prometedor, con tecnologías avanzadas de diagnóstico por imágenes y terapias dirigidas que pueden mejorar los resultados y reducir la necesidad de procedimientos invasivos.
Además de las mamografías, existen otros tipos de diagnóstico por imágenes médicas que se pueden usar para diagnosticar el cáncer de mama, entre ellos:
Estos imagenes se pueden usar solas o en combinación con una mamografía para evaluar áreas sospechosas en la mama o para monitorear la progresión del cáncer de mama. El tipo de prueba de diagnóstico por imágenes que se utilice dependerá de varios factores, como la edad de la mujer, los antecedentes médicos y la densidad mamaria.
Los estudios en curso buscan maneras de mejorar las opciones actuales de detección del cáncer de mama. Los avances tecnológicos en materia de diagnóstico por imágenes están creando nuevas oportunidades para mejorar tanto los exámenes de detección como la detección temprana.
1. Un avance tecnológico es la mamografía tridimensional, también llamada tomosíntesis mamaria. Este procedimiento toma imágenes desde diferentes ángulos alrededor de la mama y las convierte en una imagen tridimensional. Si bien esta tecnología está cada vez más disponible en las clínicas, no se sabe si es mejor que la mamografía bidimensional estándar para detectar el cáncer en un estadio menos avanzado. [8]
2. Mamografía con contraste (CEM): esta técnica consiste en inyectar un agente de contraste en el torrente sanguíneo antes de la mamografía. El agente de contraste resalta los vasos sanguíneos y puede ayudar a detectar tumores pequeños que pueden pasar desapercibidos en una mamografía tradicional.
3. Ecografía mamaria automatizada (ABUS) : La ABUS utiliza tecnología de ultrasonido para escanear toda la mama y detectar tumores pequeños que pueden no haberse detectado en una mamografía. Es particularmente útil para las mujeres con tejido mamario denso, lo que puede dificultar la detección de tumores en una mamografía.
4. Sistemas digitales de biopsia mamaria: Estos sistemas utilizan tecnología de imágenes digitales para guiar una aguja hasta el sitio de una lesión sospechosa en la mama para realizar una biopsia. Esto permite orientar con mayor precisión el lugar de la biopsia y puede mejorar la precisión del procedimiento.
En general, estos avances en la tecnología de mamografía han mejorado la precisión y la eficiencia de las pruebas de detección del cáncer de mama, lo que permite una detección más temprana y un tratamiento más eficaz.
[1] - https://my.clevelandclinic.org/health/diagnostics/4877-mammogram
[2] - https://www.hopkinsmedicine.org/health/treatment-tests-and-therapies/mammogram-procedure
[3] - https://healthmatters.nyp.org/10-things-to-know-before-your-next-mammogram/
[4] - https://www.hopkinsmedicine.org/health/conditions-and-diseases/breast-cancer/6-mammogram-myths
[5] - https://www.mayoclinic.org/tests-procedures/mammogram/about/pac-20384806
[6] - https://www.mayoclinic.org/tests-procedures/mammogram/about/pac-20384806
[7] - https://www.cancer.gov/types/breast/research
[8] - https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fonc.2021.600557/full
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